LOS FANTASMAS DEL CALDERÓN ENCARRILAN LA LIGA

El partido prometía, lo tenía todo para ser el mejor encuentro de la jornada: dos equipos madrileños, una afición incomparable, presión para unos para aferrar la liga y para otros por soñar con la champions, y cómo no, el peso que aguanta el equipo colchonero y su afición, nada más y nada menos que doces años sin ganar a su eterno rival. El partido no dejó indiferente a nadie y dio la emoción que se esperaba, y aunque goleó el equipo blanco, debemos destacar que el resultado no refleja el juego de ambos. 

El Atlético de Madrid salió con las ideas claras de lo que le pedía su técnico. Esquema 4-2-3-1 con Courtois en potería, defensa para Juanfran, Filipe Luis, Perea y Godín, centro del campo para Tiago y Gabi, bandas para Arda Turán y Adrián, enganche con Diego y punta para Radamel Falcao. Quizás en este partido la línea de defensa del equipo colchonero estuvo un poco más retrasada de lo habitual debido a una función notablemente más defensiva por los continuos ataques que podría tener el Madrid, y no fallo en pensar esto Diego Pablo Simeone porque por momentos el Madrid parecía un vendaval (pero por muy pequeños períodos de tiempo). La idea básica que captamos del juego del Atleti se basó en arreplegarse y una vez recuperar el balón atacar o bien con contras, o  bien mantiendo la posesión, pero siempre de una manera vertical. Un problema que quizás podíamos observar era que la recuperación estaba muy alejada del área rival, acumulando cansancio que a la larga sería crucial para que el Madrid rematara el partido. El Atlético de Madrid empezó fuerte, pero los dos goles de Cristiano cuando mejor estaban en el partido, acabron por desinflarse. El cansancio también pesó y no fue suficiente el gol de Radamel Falcao, quién no apareció en exceso en el juego de su equipo, pero si remataba todo lo que le llegaba por el aire. Diego fue el mejor del equipo del Cholo, dando peligro a todo balón que tocaba. Los cambios de Simeone no fueron suficiente para remontar un partido que tras los tres goles en contra aún llegaría el cuarto y definitivo de Callejón.

El juego del Madrid poco varía respecto a sus últimos partidos, no cambia de esquema y estilo (si funciona para qué cambiar). El equipo madridista saltó al césped con un 4-2-3-1, con Casillas bajo palos, una defensa conformada por Coentrao, Arbeloa, Ramos y Pepe, medio centro para Khedira y Alonso, bandas con Cristiano y Di María, mediapunta para Ricardo Kaká y delantero centro con Karim Benzemà. El pensamiento del Real Madrid pasaba por aguantar la posesión, para así controlar el balón y el partido, pero no le funcionó ya que el Atleti atacaba y acumulaba poco a poco la posesión del partido, y quizás también las oportunidades de éste. El encuentro estaba áctivo y los jugadores madridistas no se sentían agusto en territorio hostil, pero para eso siempre aparecen grandes jugadores, jugadores que desequilibran por partida doble el resultado del partido y ponerlo a tu favor, hablo de Cristiano Ronaldo. Para muchos el mejor del mundo, para otros está más de un escalón por debajo de Lionel Messi, pero es indiscutible la calidad del portugués, capaz de meter dos golazos (uno para el 0-1 de falta, con un poco de ayuda de Courtois y otro de chut lejano imposible para el portero que producía el 1-2) y por último el tercero de penalti. Hat-trick y el balón a casa.

El Cholo hizo lo posible, pero la suerte no estuvo de su lado. El resultado final no es para nada justo, ya que por ocasiones y juego los dos equipos estuvieron muy igualados, pero los detalles individuales sentenciaron el partido. Parece que el Atlético de Madrid sigue con los fantasmas del pasado, y ya van trece años con la misma pesadilla, incluso con la disciplina del Cholo han sido incapaces de despertarse del mal sueño. El Madrid vuelve a encarrilar la liga con cuatro puntos de ventaja y dieciocho por jugarse. Dicen que tarde o temprano la victoria llegará al Vicente Calderón, pero parece ser que esa victoria deberá esperar, como mínimo, otro año más.